lunes, 24 de julio de 2023

Ciudadano del mundo


Justas era lituano. Un tipo grande, siempre con una sonrisa de bonachón, pero

solo había que mirarlo a los ojos para saber que su vida no había sido un

paseo por el parque. Hablaba cinco idiomas. Como portero de noche del hotel

donde trabajábamos no teníamos mucho tiempo para hablar y nuestros

horarios solo coincidían brevemente cada mañana cuando yo entraba a

trabajar y él acababa su turno. Por aquel entonces, Justas lucía pelo corto y

siempre llevaba camisas de botones. Durante esa escasa hora que nuestros

horarios coincidían intercambiábamos impresiones triviales hasta que un día

me contó su plan: nunca dejar de viajar. Ya había estado en Brasil, Australia y

un par de sitios más y ahora solo necesitaba ahorrar un poco para continuar.

Siempre pensé que Justas se acabaría quedando allí, o quizás volvería a

Lituania después de unos meses de mochilero. Cómo me equivoqué. A día de

hoy, casi veinte años más tarde, Justas sigue vagando por el mundo, habiendo

recorrido más de ciento ochenta países, habiendo conocido a una miríada de

personas, habiendo grabado en la retina miles de atardeceres y nunca

habiendo perdido esa sonrisa de bonachón.




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lunes, 10 de julio de 2023

El implacable

Me gustaba sentarme en el porche de aquella vieja casucha de madera y ver despuntar el día, mientras las criaturas nocturnas dejaban que las diurnas tomaran el control. Pero incluso a esas intempestivas horas, el sofocante calor hacía que te picaran los ojos y se te resecara la boca. Al desierto del interior de Australia lo llaman el outback en inglés. Out, fuera, back, atrás, y es que hay pocos lugares en el mundo más inhóspitos que este, en donde el fuego y el aire comienzan a bailar en una competición de calor, como una ensayada coreografía, en donde el rojo de la tierra y los espejismos del horizonte se funden y traman contra los valientes que hasta sus entrañas se han adentrado, haciendo que los sentidos se aturullen y llegando a freír inmisericorde los pensamientos más alentadores. El outback es el más bello asesino que haya conocido, permite que lo acaricies si lo haces con cautela y respeto, pero no dudará un segundo en abrasarte y sumirte en un infierno llameante a la mínima que te creas que no hay de qué preocuparse.




domingo, 9 de julio de 2023

El rincón de sentir

El rincón de sentir

Jose Luis Rodríguez de León

En tiempos de mi niñez, las maestras, solían mandar al rincón de pensar a aquellos guayetes de movimientos continuos, alguna vez fui uno de ellos, los pensamientos que afloraban, no eran los deseados por las maestras, así que el rincón, se convertía en cadena permanente revisable.

Es casi media noche, la casa está acompañada de muebles, mis pensamientos divagan entre suspiros y humedales, el presente abraza con irreal añoranza a un pasado nebuloso. Fuera, en la zona de asadero situada, junto a la gavia impostada por piedra de cal y cemento, está el horno majorero, de talla larga y puerta de piedra conejera, a su vera, está el fregadero de mampostería y justo encima del banco artesanal, hecho con bobinas recicladas de cables y tuneado con decenas de chinchetas multiformes de color vino, están mis islas canarias de barro. Una mesa redonda como la luna llena, con un cristal que la refleja, acompaña y me sirve de posadero para la cerveza, que degusto como si fuera un glaciar de espuma blanca y oso polar azul en su etiqueta. He logrado dar silencio al rincón de pensar, en este, mi rincón de sentir.


viernes, 7 de julio de 2023

QUIERO VOLVER



En silencio. Con una calma pasmosa y multitud de sensaciones recorriendo mi cuerpo salí del mar. Coloqué mi toalla en la arena y me senté, incapaz de romper aquel momento que había vivido junto a ellas. Todas parecían tan absortas del mundo como yo. Imperturbables. Como si no fuéramos parte de aquella pintura contemporánea al menos por el momento.

En medio de una playa que empezaba a llenarse del turismo habitual del fin de semana, nosotras reposábamos el alma, después de un viaje, en el que volvimos mil años atrás en el tiempo.

El mismo lugar. Otra Era.

Un entorno pulcro. Con olor a familia y sabor a sal, en el que los recursos y el ser humano eran la comuna perfecta. Un hogar al aire libre en el que se podía respirar sin miedo a la humanidad. Un espacio lleno de naturaleza viva capaz de agudizar todos los sentidos.

No sé cuanto tiempo duró la experiencia.

Pero sé que quiero volver a ese lugar.



                                                        Nuria Esther Fernández Pérez

domingo, 2 de julio de 2023

Culturalias desafío 2


 El alma del hambre

Jose Luis Rodríguez de León

El sudor que suplicaba ayuda desde la frente de Federico, fue casi la única humedad que recibieron sus gavias en la década de los años treinta en Guisguey; eran gotas que se lanzaban al vacío, en busca del sonido seco y atronador con el que el terruño crujía, como si fuese hojarasca pisada por las cabras. Petra, su mujer, guindaba esperanzas desde el interior del aljibe, para satisfacer la tenacidad de Federico, por sacar fruto a una tierra maldecida por tanta sangre derramada en su conquista.

Pablo y Antonio, sus hijos, emigraron a Venezuela en busca de un verdor negado a su juventud majorera. Federica, María y Manuela, sus hijas, por el contrario, y por el condicionante de llevar la diferencia bajo sus faldas, se vieron obligadas a abrazar el hambre de sus progenitores, respirando tierra seca entre pajeros incluso más allá, de que la iglesia les concediera el privilegio de ser casadas, con el olvido de una mejor existencia para sus almas.


viernes, 30 de junio de 2023

Tata

Mi abuela no decía rojo, decía encarnado. Antes de ir al cole me decía que caminara “por la derechita”, y yo le decía que cómo iba a hacer eso si “el cole está a la izquierda”. Mi abuela escondía una tableta de chocolate La Candelaria entre los trapos de la gaveta de abajo de la cómoda, y cuando descubría que había cogido un trozo de más me decía que “mañana lo escondo en otro lado”, pero nunca lo hacía. Por la noche me hacía huevos fritos y papas fritas. Nunca he vuelto a comer nada tan delicioso en mi vida. Mi abuela se sentaba en una silla al lado de la puerta del balcón y se remangaba ligeramente la falda para que le diera el sol en las rodillas. Luego se untaba vinagre macho que compraba en la Recova mientras se masajeaba. Por la noche jugaba al solitario en la mesa de la cocina. Un día, mientras jugaba a uno de sus solitarios, le pregunté por el abuelo y ella me miró y reflexionó un segundo, como sopesando las palabras que estaba a punto de pronunciar. Supongo que pensó que ya era lo suficientemente grande cuando dijo que “tu abuelo a mí me lo hizo pasar muy mal”. Luego miró hacia arriba y profirió “pues sí, ¿tú me estás oyendo?, que bastante mal me lo hiciste pasar tú”. A continuación se le escapó un casi imperceptible suspiro y siguió con su solitario. No volví a sacar el tema. Otro día le dije que “no deberías comer huevos Tata, son malos para el colesterol”. Me miró como un profesor de literatura que ve a un niño aprendiendo a leer. “Cuando chica, no había pa huevos, ni pa las galletitas de esas de las tuyas, ni pa nada.” Seguidamente cogió el huevo y le dio una mordida con gozo, sabiendo que no le debía nada a nadie.





sábado, 24 de junio de 2023

El amor

Comparto el primer desafío que nos propuso Culturalias en el curso de entrenamiento que estamos realizando. Nos propuso hacer un relato introduciendo metáforas. 



Serían las nueve de la noche cuando llegue a casa después del trabajo. Era viernes. Pensé que mi hija de diez años estaría viendo la tele o trasteando con el móvil, pero no. Me acerqué hasta su habitación y allí estaba con la luz encendida y estudiando.

Le pregunté, después de darle un beso y hacerle un par de carantoñas…

- ¿Qué haces? -

- Pues, mira papá, -me contestó- la profe de lengua ha puesto como tarea hacer una redacción explicando qué es el amor. Ayúdame, porfa

- Vale, pero me tienes que prometer que de las ideas que te dé, tú, con tus palabras, las vas a tener que desarrollar.  

-          Genial, papi. Así lo haré

A la mañana siguiente, sin dilación alguna y después de desayunar, me dice:

-A ver, papá, ¿Qué es para ti el amor? 

            -Pues mira, voy a hacer lo posible para no caer en los típicos tópicos, aunque es difícil. Es una ola gigantesca, un diluvio de vida, es como el mar: grandioso, infinito, inabarcable. Es el motor que mueve este planeta. El amor es, y eso lo entenderás con el tiempo y la experiencia, imagínatelo, un jardín lleno de rosas donde cada pétalo es un momento de felicidad y cada espina un dolor que tendrás que superar. ¡Ah! Y recuerda: tienes que empezar a zambullirte en ese mar, es decir, amarte a ti primero. Es importante que te quieras tú antes de poder compartir ese amor con los demás. Ya comprobarás que, a medida que creces y maduras, tomará diferentes formas en tu vida.

En resumen, esto le dije, explicándole alguna que otra palabra, aunque ella es inteligente y precoz.

¿Quieres que te diga algo más? -le pregunté-

- Dime, papi.

- Amor eres tú.

José Miguel Izquierdo

Ciudadano del mundo

Justas era lituano. Un tipo grande, siempre con una sonrisa de bonachón, pero solo había que mirarlo a los ojos para saber que su vida no ha...